Ian Beer y su equipo del Imperial College de Londres, trabajando en el laboratorio de Aldo Faisal, han adaptado un juego de código abierto llamado "Pong" en el que un jugador mueve un bate para golpear una pelota que rebota por la pantalla. La adaptación permite al jugador mover el bate usando sus ojos.
Para jugar, el usuario utiliza gafas especiales que contienen una luz infrarroja y una webcam que registra el movimiento de un ojo. La webcam se conecta a un ordenador portátil donde un programa sincroniza los movimientos del ojo del usuario con el juego.
El prototipo del juego es muy simple pero los investigadores creen que la tecnología que lo sustenta podría adaptarse para crear juegos más sofisticados, y aplicaciones como sistemas de control de sillas de ruedas que se manejen mediante los movimientos de los ojos, y cursores de ordenador controlados del mismo modo.
Uno de los mayores beneficios de la nueva tecnología es que resulta barata y utiliza un hardware estándar, por lo que fabricar una unidad del sistema cuesta aproximadamente 25 libras esterlinas. Los sistemas que los científicos usan actualmente para monitorizar el movimiento de los ojos en sus investigaciones sobre el cerebro cuestan alrededor de 27.000 libras esterlinas.
Ahora, los creadores del nuevo sistema están perfeccionando la tecnología para que pueda captar los movimientos de ambos ojos (actualmente sólo capta los de uno). Esto permitiría al usuario llevar a cabo tareas más complejas.
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